Todo lo que necesitas saber sobre el manómetro y su utilidad
Existen múltiples opciones para medir en la cotidianidad y realizar diversas tareas laborales. Entre las diversas herramientas disponibles, que permiten obtener mediciones precisas y científicas, se encuentra el manómetro, un dispositivo creado con el propósito de calcular la presión de gases. Si desconoces su funcionamiento o no tienes conocimiento previo de él, a continuación te proporcionaremos toda la información que requieres para utilizarlo adecuadamente.
Comprendiendo el propósito y funcionamiento del manómetro
Los manómetros son herramientas de medición utilizadas para conocer con precisión los valores de diferentes magnitudes físicas, como por ejemplo longitud, altura o dureza, entre otras.Uno de los usos más comunes del manómetro es medir la presión de los fluidos en un recipiente sellado. La presión se define como la fuerza que una sustancia o cuerpo ejerce en una dirección perpendicular.
En el Sistema Internacional de Medidas, la unidad estándar para medir la presión es el pascal (Pa), mientras que en el sistema anglosajón se utiliza la medida de libras por pulgada cuadrada (psi).
Qué es un manómetro
El manómetro es un instrumento de medición, ya sea analógico o digital, diseñado para determinar la presión de gases o fluidos contenidos en recipientes sellados. Funciona mediante el principio de equilibrio hidrostático, que evalúa la diferencia entre la presión atmosférica externa y la presión del fluido en cuestión.
Esto se logra midiendo la altura del fluido que es capaz de soportar, y presentando los resultados en forma circular mediante una aguja que señala hacia el valor correspondiente, al estilo de un reloj. En el caso de dispositivos digitales, la información se muestra en una pantalla.
La utilidad del manómetro Cuál es su propósito
El uso de manómetros es amplio y se extiende a diversos campos de aplicación, siendo un instrumento presente en laboratorios e industrias por su facilidad de manejo y la alta precisión de sus resultados. Además, existen dispositivos avanzados capaces de medir variables más allá de la presión, como el vacío y otras relacionadas.
Calibraciones, pruebas de fugas y mediciones de líquidos en tanques son algunas de las tareas que se pueden realizar con un manómetro, incluso con uno simple y económico que no cuenta con piezas mecánicas en su interior. Desde hace años, este utensilio era exclusivo de los laboratorios, pero hoy en día su uso se ha extendido a diversas industrias e incluso se ha encontrado utilidad en el ámbito espacial.
Cómo funciona un manómetro
El funcionamiento de un manómetro depende del tipo de instrumento que se utilice, ya que cada uno registra la presión de manera diferente. No obstante, todos se basan en el mismo principio físico: el equilibrio hidrostático. Esta ley establece que un fluido ejerce una presión igual a la que recibe de la gravedad.
Para medir la presión, la mayoría de los manómetros cuentan con líquido de medición en su interior, que se desplaza según la presión recibida de los fluidos a medir. Este es el caso de los dos primeros tipos de manómetros mencionados antes.
El movimiento del líquido en el manómetro se debe a la fuerza de empuje que ejerce el fluido que está siendo medido. Es precisamente esta fuerza la que permite realizar la medición, y para leerla, es necesario observar hasta qué nivel ha subido el líquido en el tubo de medición.
Guía para emplear un medidor de presión
Para utilizar un manómetro de presión, es necesario elegir el tipo de instrumento a utilizar en primer lugar. Hay diferentes modelos que presentan ciertas diferencias en su forma de uso, los cuales se explicarán posteriormente. La elección dependerá de la presión que se quiera medir y la escala que se deseé utilizar, ya que se puede utilizar un manómetro de aire u otra variante más adecuada. Sin embargo, la mayoría de estos instrumentos cuentan con escalas capaces de mostrar diferentes unidades, permitiendo al usuario seleccionar la que mejor se adapte a sus necesidades.
Una vez seleccionado el dispositivo adecuado, este deberá ser conectado al sistema que se desee medir. Este es un paso sumamente importante, ya que una conexión correcta es fundamental para evitar datos inexactos o posibles fugas.
Variantes de medidores de presión
El instrumento más utilizado y conocido de todos es el Manómetro de tubo de Bourdon, que se caracteriza por tener un tubo enrollado en forma de espiral y cerrado por uno de sus lados. El extremo libre del tubo se conecta al sistema a medir y, al pasar el fluido, éste se desenrolla mostrando el valor de medición.
Otra variante muy popular de este tipo de manómetros es el Tubo de Pitot, que se diferencia por tener un tubo en forma de U con ambos extremos abiertos. Su uso principal es para medir el caudal de agua en tuberías.
Aunque el principal valor medido por el Manómetro de tubo de Bourdon es la presión manométrica, es importante mencionar que no se puede considerar un manómetro en sí, ya que solo muestra presiones absolutas. Sin embargo, suele ser incluido en la lista de los manómetros más comunes debido a que puede ser bastante preciso en sus mediciones. Su particularidad radica en que posee un tubo cerrado en ambos extremos, lo que evita tener en cuenta la presión atmosférica ambiental.
Funciones del manómetro
El manómetro es un instrumento que cumple un papel fundamental en términos de seguridad. La diferencia de presión en los neumáticos puede poner en riesgo a los conductores, además de causar desgaste desigual en los mismos y aumentar el consumo de combustible. Generalmente, encontramos bombas mecánicas o eléctricas conectadas a los manómetros para medir la presión de los neumáticos. Para ello, la bomba debe estar sujeta a la válvula.
El funcionamiento del manómetro mecánico es bastante sencillo. Consiste en un tubo de Bourdon que mueve una aguja al someterlo a presión de aire. Esta presión hace que el tubo de latón se doble y genere una medida de la presión. Entre sus principales ventajas se encuentra la lectura instantánea y precisa, así como su disponibilidad y confiabilidad. Sin embargo, su único inconveniente radica en su sensibilidad a la humedad.
Por otro lado, el manómetro eléctrico muestra la presión en centésimas y es un poco más complejo, ya que utiliza tensiones y pequeñas corrientes como elemento medidor. A diferencia del manómetro mecánico, sus lecturas son más claras y cuenta con retroiluminación en la pantalla. Sin embargo, en temporadas de invierno, el dispositivo puede mostrar valores erróneos.