¿TIENES O VAS?
Puede que esta pregunta te suene rara, extraña, y la verdad es que a primeras es peculiar. Pero espero que después de leerme sea una pregunta que te hagas a menudo y que guardes en tu fondo de armario para usar a diario.
El lenguaje es muy traicionero, y una entonación, un verbo en distinto orden dentro de una oración, o el intercambio de un adjetivo por otro pueden hacer que nuestro cerebro capte un mismo mensaje de muchas maneras distintas. Y no sólo lo que recibimos de nuestro entorno, sino también, lo que nos decimos a nosotros mismos. Esto de lo que estoy hablando se ha puesto muy de moda, tanto, que seguro que te suenan las siglas PNL, o lo que es lo mismo, Programación Neurolingüísitica.
¿Se trata de programar el cerebro?. No exactamente, se trata de entrenarnos en nuestros diálogos internos para motivarnos, animarnos, darnos autoinstrucciones y así conseguir cambiar hábitos, alcanzar objetivos o cumplir con lo que nos hayamos propuesto con más facilidad (entre otras cosas).
Hoy voy a ponerte un ejemplo muy sencillo de cómo la PNL puede ayudarte (si tú quieres y lo intentas, que milagros a Lourdes) a impulsarte para alcanzar tus metas. ¿Cómo? Diciéndote que te hagas una simple pregunta.. ¿Tengo o voy?
Piensa por un momento en todas las tareas que te dan pereza, que no son agradables, que siempre querrías posponer… ¿Cómo comienzas las frases cuando hablas de ellas o te recuerdas a ti mismo que debes realizarlas? Tengo que limpiar el baño; tengo que ir al gimnasio a ver si bajo los turrones de esta navidad; mañana no puedo quedar, tengo que ir a una reunión de escalera; se acaban las vacaciones, tengo que ir a trabajar….
Frases poco apetecibles ¿verdad?. Bien, piensa ahora en cómo te hablas y qué dices cuando has de realizar cosas que te agradan, te motivan, te apetecen. Voy a salir de cena; voy a ir de compras mañana; voy a organizar las vacaciones; voy a… es decir esas palabras y casi se te agolpan mil y un planes pendientes y apetecibles en la cabeza.
¿Ves la diferencia? ¡Pues ese es el truco! Plantearte las tareas pendientes con un Voy a en vez de con un Tengo que. ¿Te parece una tontería? Puede que sea simple pero te puedo asegurar que funciona. Lo he probado personalmente durante tiempo en varios aspectos de mi vida en los que solía vaguear. Por ejemplo, en el tema deportivo.
He estado apuntada a varios gimnasios de mi ciudad en los últimos años, y lo único que hacía en ellos era engrosarles la cuenta porque lo que es desgaste de suelo poco hice. Echando la vista atrás, siempre me lo planteaba con un bufff, tengo que ir al gimnasio que llevo dos semanas sin ir; Tengo que adelgazar pero con dieta solo… tendré que apuntarme al gimansio. ¿Un café mañana? No puedo, tengo que ir al gimansio que esta semana aún no he ido (y acababa acudiendo a tomar el café con la mochila sin tocar en el maletero del coche), y así, cada día o semana, hasta que me rendía a la evidencia y me daba de baja. Pero entonces, preparando un curso de motivación, recordé esta herramienta de PNL, y como uno de mis objetivos era ponerme en forma me comprometí a utilizarla para conseguirlo. Durante varias semanas, cuando me acordaba de mi objetivo o lo leía en mi Tabla Smart (de la que ya te hablaré las próximas semanas) me decía a mi misma Voy a ir al gimansio, me voy a poner en forma cuando vaya al gimnasio, a primeros de mes, voy a inscribirme en el gimnasio. Y funcionó.
No creas que con habérmelo repetido unas cuantas veces ya está todo hecho, ahora me queda el trabajo diario. Cuando pienso en las tareas del día siguiente, en las cosas que he de hacer en la semana, o visualizo mi agenda, da igual cómo me plantee el resto de actividades pendientes. No importa si me recuerdo que tengo que comprar leche, si tengo que llamar a un cliente o si he de hacer un disfraz para el cole de los niños, el ir a hacer deporte lleva un voy al gimnasio y despues, tengo que… Y oye, te puedo asegurar, que voy, contenta.
¿Y tú, tienes que hacer o vas a hacer?
¡¡Espero tus comentarios y conclusiones!!