LOS 7 TIPOS DE AMOR
No sé si serás de los que ayer celebraste el Día de los Enamorados, o de los que piensan que el amor es una patraña inventada por El Corte Inglés. Seas como seas, desde ahora te digo que continuamente estás amando alguien, aunque no seas consciente de ello, aunque no quieras en muchas ocasiones. Amar es algo que nos pide el cuerpo, y aunque el amor no atiende a razones, el amar nos da una razón de ser.
Hace unos años Sternberg desarrolló tras diversos estudios una teoría a la que denominó la Teoría Triangular del Amor, en la que explica entre otras cosas que las personas sentimos hasta 7 formas distintas de amor. La llamó teoría triangular porque determinó que el amor se forma con al menos, uno de estos tres componentes: Intimidad, Pasión o Compromiso. Y como si se tratara de un cóctel, la mayor o menor cantidad de cada uno de estos ingredientes da lugar a un tipo de amor.
Así, la Intimidad es el sentimiento de cercanía, de afecto, de sentirse unido a alguien. Nos aporta ese deseo de querer compartir sueños, experiencias, confidencias e ilusiones. Nos proporciona la necesidad de velar por su bienestar, de preocuparnos por su felicidad. Si sólo sentimos intimidad por alguien, entonces a ese tipo de amor lo llamamos Cariño, y es lo que normalmente sentimos por amigos y familiares.
El Compromiso, es la sensación de compañerismo, la voluntad de permanecer vinculado a alguien pese a todo, la responsabilidad de reforzar el vínculo creado superando adversidades. Los motivos para sentir compromiso pueden ser muchos, desde convencionalismos sociales en las parejas que no tienen relación entre ellos pero que se niegan a separarse, rutina, comodidad, pereza, miedo al cambio o hasta dependencia emocional, como la que sienten quienes no aceptan que alguien puede dejar de cuidarles o se sienten culpables por dejar de proteger o acompañar a otra persona. Quienes sólo añaden este componente a su amor, sentirán un Amor Vacío.
La Pasión es el tercer elemento clave, y nos trae la diversión en este asunto. Es el estado de excitación, tanto física como mental, el ímpetu, la fogosidad por la otra persona, el deseo incontrolable de contacto físico a todas horas, eso es Encaprichamiento, o Amor a primera vista, y sucede cuando sólo tenemos pasión en nuestra ecuación del amor. Queremos a esa persona de forma animal, pero no tenemos confianza en ella ni estamos dispuestos a un compromiso eterno.
“El amor es la más fuerte de las pasiones, porque ataca al mismo tiempo a la cabeza, al corazón y al cuerpo” (Voltaire)
Ahora, si empezamos a sumar ingredientes de la receta, cuando sentimos Pasión y Compromiso, tenemos un Amor Fatuo, deseamos su cuerpo a todas horas, no podemos vivir sin su presencia y daríamos nuestra vida por esa persona, queremos permanecer a su lado y que ella quiera pasar su vida con nosotros, pero en realidad, apenas la conocemos. No sabemos que desea a largo plazo, cuales son sus metas, sus secretos, no le contamos nuestras preocupaciones y miedos más profundos… Los adolescentes de este tipo de amor saben mucho, pasan del Capricho al Amor Fatuo en un momento, pero cuando empiezan a conocerse de verdad, el compromiso suele desaparecer tan rápido como llegó.
Si en cambio, unimos la Pasión con la Intimidad, sentiremos el Amor Romántico, de película, tan demandado en nuestra sociedad. Un amor de cuerpo y alma, queremos compartir con el otro besos, carne y sueños. ¿Es el ideal? Mientras todo vaya bien sí, pero cuando llegan los problemas y una de las dos partes no añade su ración de compromiso es cuando la bonita historia de amor se va al traste y cada uno por su lado. Aunque eso sí, la parte que hubiera estado dispuesta a echarle compromiso a asunto es la que peor parada sale.
La intimidad parece ser el ingrediente que a largo plazo, resulta más importante para sentirnos a gusto en esto del amor. Tener intimidad con el otro nos da bienestar, así que si en vez de con la pasión como hemos visto antes, unimos sentimos Intimidad con Compromiso, tendremos un Amor Compañero, de esos de por vida con una complicidad envidiable pero poca salsa para mojar. Lo habitual es que con los años, cuando la líbido decae y el sexo tiene menos importancia, casi todas las parejas sólidas pasan a este tipo de amor, siempre y cuando las dos partes se contenten con esa disminución del roce, porque si una de las partes sigue necesitando matarile… la otra seguramente elimine uno de sus ingredientes dejando cojeando su amor.
Como te puedes imaginar, la mezcla de los tres ingredientes, Intimidad, Pasión y Compromiso es el coctel ideal, el Amor Consumado. Querer permanecer contra viento y marea (y saber que el otro quiere permanecer a tu lado también) compartiendo sueños y arrebatos de pasión es el ideal del amor, y no es difícil conseguirlo. Lo complicado es mantenerlo. Porque nuestras necesidades cambian, nuestros pensamientos evolucionan y sobre todo, nuestra química fluctúa, aunque el papel que desempeña la neuroquímica en este proceso del amor le trataremos otro día.
Y ahora piensa en quien te importa y pregúntate, ¿a qué componente del amor das más importancia en este momento? ¿qué tipos de amor tienes en tu vida? ¿con cada persona que amas es el tipo de amor que quieres tener? Si tu respuesta a la última pregunta es SI, enhorabuena, cuídalo. Si es NO, ve reflexionando sobre cómo encontrar la manera de añadirle el ingrediente que te falta para dar con tu receta ideal.