LIMPIA TU VIDA, PRACTICA LA HIGIENE EMOCIONAL.
Hace unos días te conté 3 sencillos trucos para comenzar con el mindfuness de forma fácil, esa práctica de moda que trae consigo múltiples beneficios para tu salud y tu bienestar. Pero claro, por mucho que practiques, por muchos consejos que sigas para sentirte bien y eliminar el estrés, si los cimientos de tus emociones están embarrados no sirve de nada todo el esfuerzo que hagas.
Con esto de los cimientos embarrados no me refiero a que tengas un desorden emocional ¡ni mucho menos!, puedes ser la persona más estable que pise tu ciudad y sin embargo, que tu higiene emocional brille por su ausencia. Ahora te preguntarás ¿higiene emocional? ¿otra cosa rara que se ha inventado esta chica? Pues no, no me lo he inventado yo.
La higiene emocional es el conjunto de actividades que podemos realizar para sentirnos en equilibrio con nuestros sentimientos, con las personas y el entorno que nos rodea. Cuando estamos satisfechos con nuestros sentimientos, cuando aceptamos y respetamos los de quienes nos rodean, gozamos de una buena salud mental.
Así que como ves, si quieres tener una mente sana entro otras cosas, debes hacer limpieza de tus emociones y para ello, te cuento unas pautas que puedes seguir. Aquí van:
LIMPIA LO QUE ESTÁ SUCIO. Incluidas tus relaciones. Parece algo de perogrullo relacionar la limpieza con la higiene, pero respecto a las emociones mucha veces no somos conscientes de que hay realciones que nos hacen daño. Relaciones que ahora muchos denominan “tóxicas” y que básicamente, lo que hacen es causarnos daño al generarnos constantemente emociones negativas como fustración, rechazo, baja autoestima, tristeza… Lo mejor que puedes hacer es limpiar ese tipo de relaciones de tu vida, para ello, analízalas, toma conciencia de qué te provocan y háblalo con quien corresponde para hacerle consciente de tus sentimientos. Si se preocupa por ti y por cambiar la situación para mejorar tu bienestar, perfecto. Si no te entiende, no te escucha o lo considera una tontería… límpialo. Elimina esa relación de tu vida.
Además de limpiar las relaciones que están sucias, debes limpiar las que funcionan, las que te hacen bien. Para ellas el mantenimiento de su limpieza es fácil, sólo debes cuidarlas, valorarlas y hacérselo saber.
LIMPIA TU TIEMPO. Nos dejamos llevar por las prisas diarias y nos olvidamos de pararnos a conocernos a nosotros mismos. Así que repasa tus tareas semanales, seguro que hay algún hueco en el que concertar una cita contigo mismo. No faltes a esa cita. Relájate, piensa en tus necesidades, tus gustos, haz algo que realmente te guste hacer. ¿No sabes que es lo que te gusta? Entonces es un momento perfecto para que pruebes a hacer cosas nuevas hasta que des con la que te ayude a sentirte más pleno. En esa cita para ti, reéncuentrate con tu interior y quiérete. Muchas veces, también nuestra conciencia necesita oír que nos queremos a nosotros mismos.
LIMPIA TU CUERPO. Y no me refiero sólo a que te duches, que también. Con la limpieza de tu cuerpo me refiero a que te sientas limpio por fuera y por dentro, con un buen descanso, comiendo de forma más sana, practicando algo de ejercicio si es posible. No es necesario que te machaques en el gimnasio, una buena caminata de vez en cuando te ayudará a sentirte mejor contigo mismo y con tu físico, independientemente de tu talla.
LIMPIA TU ESPACIO. Al igual que debes reservar un hueco en tu agenda para ti mismo, reserva un espacio para tus pertenencias. No ha de ser algo grande, a veces con un cajón o una balda es suficiente cuando compartimos piso o vivimos en familia. Pero es importante que además de tener el espacio ordenado para que nos transmita tranquilidad, debemos contar con un lugar en el que depositar esa foto que nos motiva, ese recuerdo que nos inspira, el material de trabajo o el de nuestros sueños. Un espacio propio y sobre todo, respetado por los demás.
LIMPIA TUS PENSAMIENTOS. Este último paso es primordial. Para mantener tus pensamientos como los chorros del oro sólo has de seguir dos indicaciones: no rumiar y alentar tus pensamientos positivos. Con no rumiar me refiero a esa práctica tan habitual de darle vueltas, vueltas y más vueltas a las cosas negativas que nos suceden. Recrearnos en esa discusión que tuvimos esta mañana, revivirla y seguir dando vueltas al enfado. Rumiar es pensar y repensar en las palabras que hemos oído que tanto daño nos han hecho. Rumiar es idear todas esas cosas negativas que nos gustaría decir aunque sabemos que no vamos a hacerlo. No pierdas el tiempo rumiando. Es mucho mejor centrarte en pensamientos positivos, en recordar lo bueno de las situaciones, recrearnos en lo feliz que nos hacen determinadas personas o en el bienestar que vamos a disfrutar en momentos futuros. Como ves, es fácil limpiar nuestros pensamientos. Si alguna vez olvidas como hacerlo, recuerda esta famosa frase “Don´t worry, be happy”
Hoy comienzan las fiestas de Semana Santa, así que entre tanto festivo, seguro que dispones de algún momento en el que hacer limpieza y empezar a mantener una buena higiene emocional.
Deja tu mente tan limpia que brille en todo su esplendor.
¿Te animas a hacer limpieza?