Nos fuimos de vacaciones la primera quincena de septiembre. Tras un verano alocado, de caprichos complacidos por abuelos, tíos, amigos y vecinos varios, te puedes imaginar la máquina de pedir en la que se había transformado nuestro pequeño. Los dos
Nos fuimos de vacaciones la primera quincena de septiembre. Tras un verano alocado, de caprichos complacidos por abuelos, tíos, amigos y vecinos varios, te puedes imaginar la máquina de pedir en la que se había transformado nuestro pequeño. Los dos
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